
Después de un año en la cárcel juvenil, Caleb está libre... si la libertad significa ser vigilado constantemente por su guía de transición y las miradas inquisitivas de todo el pueblo. Volver a casa se siente bien, pero su familia y su ex-novia se comportan como extraños.
Caleb y Maggie quedan aislados, señalados como "criminal" y "fenómeno". Entonces la verdad sobre lo que realmente pasó la noche del accidente emerge y, una vez más, todo cambia. Es un triste y tortuoso camino para Caleb y Maggie, y aún asi ellos terminan encontrando consuelo y fortaleza en la fuente más sorprendente: el otro.
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